La ira o la rabia como parte de la depresión

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Aunque tradicionalmente se ha definido a la depresión en función de síntomas como tristeza, desesperación o sensación de falta de valor personal, este trastorno puede también expresarse mediante síntomas diferentes, como ira, abuso de sustancias o conductas de riesgo, que aparecen con más frecuencia en hombres que en mujeres.

Si bien todos estos síntomas pueden aparecer en ambos sexos, la depresión a menudo se expresa en ellos de manera distinta. Sin embargo, a la hora de establecer un diagnóstico, se han tenido más en cuenta los síntomas más típicos de las mujeres. Por este motivo, se suele considerar que la depresión es un trastorno mucho más frecuente en las mujeres. No obstante, cuando se tienen en cuenta todos los síntomas propios de la depresión, la prevalencia resulta ser similar en ambos sexos.

Además de los síntomas más utilizados para diagnosticar la depresión, como tristeza, problemas para dormir, sentimientos de culpa y de falta de valor personal y pérdida de interés en actividades que antes resultaban placenteras, también pueden aparecer síntomas como ataques de ira, agresión, abuso de sustancias, irritabilidad, conductas de riesgo e hiperactividad, como parte de la depresión.

Investigadores de la Universidad de California desarrollaron cuestionarios destinados a evaluar la depresión que incluyeran también los síntomas más típicos de los hombres, además de los tradicionales. Evaluaron a un grupo de 5.700 personas. De ellas, el 30,6% de los hombres y el 33.3% de las mujeres habían experimentado un episodio de depresión en algún momento a lo largo de sus vidas. La diferencia entre sexos era tan pequeña que no podía considerarse significativa.

En definitiva, los síntomas utilizados habitualmente para identificar una depresión no abarcan todos los síntomas posibles. Esto hace que muchas personas con depresión, especialmente los hombres, no solo no sean diagnosticados, sino que ni siquiera ellos mismos se den cuenta de lo que les pasa. Y lo mismo podemos decir de aquellas mujeres en las que también predominan los síntomas que no suelen tenerse en cuenta.

Mientras que a las mujeres les cuesta menos reconocer su tristeza o problemas de autoestima, los hombres deprimidos a menudo se sienten avergonzados y responden ante esos sentimientos con ira e irritabilidad o conductas de riesgo, así como recurriendo al alcohol o las drogas. La sociedad también parece aceptar más fácilmente la depresión en las mujeres y a castigarla más en los hombres, por lo que no es raro que los síntomas se expresen de manera deferente en ellos.

Ira y depresión

La ira, la hostilidad, la irritabilidad y los estallidos violentos son, en realidad, bastante frecuentes en personas deprimidas. Un estudio (que menciono la final de este artículo) encontró que más de la mitad de las personas diagnosticadas con depresión mayor (el 54,5%) mostraban también irritabilidad e ira.

Pueden tener estallidos durante los cuales se produce una emoción especialmente intensa de ira, acompañada de un aumento de la frecuencia cardiaca, sudoración y acaloramiento.

Estas personas suelen ser también más ansiosas y hostiles con los demás, con una tendencia a expresar ira con facilidad y con frecuencia. Es como si esa ira estuviera ahí en todo momento y cualquier cosa, incluso de poca importancia, los hiciera estallar. Incluso aunque una persona no exprese su ira, su mente puede estar llena de pensamientos e imágenes agresivos que la alimentan.

Los motivos para la aparición de esta ira pueden ser diversos. En algunos casos, puede deberse a un sentimiento de impotencia. Por ejemplo, una persona con problemas que no logra solucionar o que se encuentra en una situación desagradable de la que no logra salir, puede reaccionar con enfado e ira, dirigida principalmente hacia sí mismo, culpándose por no ser capaz de superar sus problemas. Este odio hacia sí mismo, que lo mantiene en un estado de irritabilidad casi continuo, acaba extendiéndose también hacia los demás, hacia el mundo o hacia cualquier cosa.

La sensación de fracaso, la baja autoestima, el sentirse rechazado o infravalorado por los demás,  pueden dar lugar también a una depresión con odio hacia uno mismo.

A menudo, los mismos sentimientos de depresión producen autodesprecio e ira hacia uno mismo. Esto es debido a que a algunas personas, especialmente entre los hombres, les cuesta mucho reconocer sus sentimientos de decaimiento e indefensión, típicos de de la depresión, porque les hace sentirse débiles.

Así mismo, cuando una persona observa su propio comportamiento hostil, su ira y su incapacidad para controlarse, puede acabar aún más deprimido y sentir aún un mayor odio hacia sí mismo, lo que agrava el problema y lo mantiene en el tiempo.

Por tanto, tras esta ira se esconde a menudo un problema de baja autoestima con sensación de fracaso o impotencia ante el que se reacciona con un intenso autodesprecio.

Una investigación realizada con personas diagnosticadas de depresión mayor (la forma más grave de depresión), dirigido por Lewis L. Judd, de la Universidad de California, encontró que las personas deprimidas que mostraban también ira e irritabilidad solían tener una depresión más severa y de mayor duración, así como más problemas para controlar sus impulsos. La ira estaba también relacionada con abuso de sustancias, trastornos de ansiedad, trastornos de personalidad, una menor satisfacción con la vida y una mayor disfunción psicosocial.

Qué puedes hacer

En primer lugar, es importante que reconozcas lo que realmente estás sintiendo, tanto tus sentimientos de ira y hostilidad, como los sentimientos de tristeza, indefensión e impotencia, así como los sentimientos de autodesprecio y odio hacia uno mismo.

Pregúntate por qué te estás sintiendo así. ¿Qué hay en tu vida o en ti que te ha llevado a sentirte de esta manera? El siguiente paso consiste en aceptar tu situación y tus sentimientos. Deja de castigarte por estar triste, por sentirte indefenso, por no poder solucionar tus problemas, por no haber alcanzado ciertas metas en tu vida o por no tener la vida que deseabas tener, porque castigándote no vas a cambiar el pasado ni vas a crearte un futuro mejor. Proponte aceptar tus errores, tus imperfecciones y tus fracasos, pues forman parte de la vida. Si quieres empezar de nuevo y cambiar las cosas, debes aceptar el punto de partida en que te encuentras, aunque no te guste. Solo haciendo esto podrás empezar a cambiarlo.

El rumbo que tome tu vida a partir de ahora puede ser muy diferente. Tal vez tengas que aceptar tus debilidades o enterrar tu orgullo; tal vez tengas que aceptar que no eres tan fuerte como creías y luego puede que descubras que tampoco necesitas serlo. Tal vez todo esto que has estado sintiendo hasta ahora te haga replantearte muchas de tus asunciones acerca de la persona que has querido ser o de la vida que has querido llevar y encuentres que deseas ser alguien diferente, que no tienes por qué se esa persona que deseabas ser, que hay otra vida diferente que puedes construir con lo que tienes ahora, porque tal vez lo que tienes no es todo tan horrible como crees. Y tal vez descubras también que la persona que eres tampoco es tan horrible como crees, que tienes muchas cosas buenas con las que construirte una nueva identidad.

En definitiva, tus sentimientos de ira y depresión te indican que tienes mucho en qué pensar acerca de ti y de tu vida. Lee el artículo titulado Lo que te hace vulnerable a un trastorno puede ser lo mismo que te hace triunfar, pues te aportará un punto de vista nuevo sobre quién eres realmente.